
Beltza está cada vez más atenta a su dueña y menos por los perros que ladran durante el paseo. Su reactividad a cambiado a la vez que su manejo. No es posible lo uno sin lo otro.
Dos clases más y lo dejamos por mi parte, ya está bien encaminada.
Ahora, en unos días empezaremos a introducir paseos semanales durante la mañana o la tarde, indistintamente.
Serán paseos largos, de una hora de duración, en los que la perra sólo hará aquello que quiera hacer.
Se lo pasará teta, luego dicen los dueños de los perros que me quieren más a mí que a ellos
( y eso que estoy una hora a la semana)